Cómo NO identificar un mercado bajista

Para evaluar si una caída del mercado bursátil es una corrección o un mercado bajista, no se puede confiar en datos económicos que miran atrás


La correcta identificación de un mercado bajista puede contribuir a que a los inversores mitiguen las pérdidas en el mercado de valores. Y aunque esto no sea imprescindible para lograr sus objetivos de inversión a largo plazo, sin duda puede ayudar. Por desgracia, es una tarea muy difícil de acometer, ya que para los inversores a menudo es complicado distinguir entre un mercado bajista –por definición, una disminución basada en los datos económicos fundamentales del 20% o más durante un período de tiempo prolongado– y una corrección bursátil –una fuerte caída del 10% o más impulsada por el estado de ánimo–. Aprender a diferenciarlos, entender lo que se puede y no se puede esperar de un mercado bajista, es clave para el inversor.  

Utilizar las recesiones para identificar un mercado bajista

Un error común sobre los mercados bajistas es creer que coinciden en el tiempo con las recesiones económicas. Aunque es cierto que normalmente se asocian con crisis, generalmente no empiezan de forma simultánea debido a que la bolsa es un indicador económico que se anticipa a los hechos. Por ello, los mercados bajistas tradicionalmente arrancan meses antes que las recesiones. Véase la Figura 1, que compara las fechas de comienzo de los mercados bajistas y las recesiones en EE.UU. desde 1926.

Figura 1: Los mercados bajistas normalmente empiezan bastante antes que las recesiones

figure 1

Fuente: FactSet y National Bureau of Economic Research, a 13/2/2018. Índice S&P 500 diario sin dividendos, 1926–2016. Valores referenciados a dólares estadounidenses. La fluctuación entre dólar y euro puede dar como resultado rendimientos de la inversión mayores o menores.

La bolsa también tiende a tocar techo mucho antes que el empleo. El Gráfico 2 compara los mercados bajistas en EE.UU. con los empleos no agrarios –medida del número de asalariados estadounidenses que excluye a los empleados del sector agrario, del sector doméstico y de organizaciones no lucrativas).

Gráfico 2: Empleos no agrarios en EE.UU. y mercados bajistas

figure 2

Fuente: FactSet, a fecha 13/2/2018. Nóminas no agrícolas de EEUU mensuales y S&P 500 Index diario sin dividendos, enero 1939-enero 2018. Valores referenciados a dólares estadounidenses. La fluctuación entre dólar y euro puede dar como resultado rendimientos de la inversión mayores o menores.

Si los inversores esperan la confirmación de una recesión antes de declarar un mercado bajista, es muy posible que sea demasiado tarde para aprovecharlo. Si bien no es necesario pronosticar con precisión cuándo alcanzará su tope el mercado, salir de la renta variable sólo es prudente si todavía existe una alta probabilidad de que se produzcan caídas significativas. Tenga en cuenta que las recesiones son visibles solo en retrospectiva. Debido a que los indicadores económicos son datos de mes a mes y de trimestre a trimestre, una recesión generalmente no se pone en evidencia hasta varios meses después, cuando se hace palpable que las condiciones económicas se están deteriorando y no es un asunto puntual ni menor. En ese momento, usted podría sufrir seis, ocho o más meses un mercado bajista. Algunos duran lo suficiente como para que el momento en el que comienza la recesión todavía sea oportuno para salir –recordamos el año 2000–, pero otros ya casi están tocando a su fin cuando se anuncia la recesión.

La clave está en los indicadores prospectivos

Si su objetivo es evitar, al menos en parte, un mercado bajista, debe utilizar indicadores económicos prospectivos para evaluar si es probable que se inicie una recesión, no resultados retrospectivos sobre producción o empleo. El índice económico principal –LEI, por sus siglas en inglés– es una herramienta financiera útil, ya que tiene en cuenta diez variables económicas, en su mayoría orientadas al futuro. No predice el comportamiento de la renta variable, ya que esta es uno de los diez componentes, pero puede ayudarle a calibrar si la volatilidad del mercado es ruido o bien una señal de que se avecinan problemas económicos más serios. La curva de rendimientos, que mide los tipos de interés a largo plazo frente a los tipos a corto, y la oferta monetaria ajustada a la inflación, que también forman parte del LEI, son otros buenos indicadores. Cuando la curva de rendimientos se invierte –los tipos de interés a corto plazo son superiores a los tipos a largo– y se mantiene así por un tiempo generalmente significa que el crédito se restringirá en el futuro inmediato, lo que suele provocar una caída de la actividad empresarial.

Otros indicios de problemas pueden ser la disminución generalizada de los préstamos de las entidades bancarias, una caída sostenida de los pedidos o del índice de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés), que son indicadores económicos basados en encuestas a ejecutivos de empresas de los sectores secundario y terciario. Por lo general, estos indicadores no son tan prospectivos como los indicadores basados en el mercado financiero, pero pueden anticipar los descensos de la producción real.

Por otra parte, todo esto es más un arte que una ciencia. Existen los mercados bajistas sin recesión y las recesiones sin mercado bajista. Después de todo, la coyuntura económica es solo uno de los factores que impulsan el mercado: la política –por ejemplo, los riesgos legislativo y regulatorio– y el estado de ánimo de los inversores también tienen una gran influencia. Es por ello que los inversores deben tener en cuenta que los mercados alcistas suelen terminar, en nuestra opinión, de una de estas dos maneras: el muro o el batacazo. O bien el estado de ánimo trepa por el muro de la preocupación cuando cunde la euforia y los inversores mantienen unas expectativas de beneficios empresariales futuros excesivamente optimistas o bien algo enorme, desagradable e imprevisible golpea al mercado alcista antes de que la confianza en el mercado siga su avance: el batacazo.

Esto no quiere decir que se deban ignorar los datos económicos. Pueden ser muy útiles para identificar las tendencias del mercado, confirmar su punto de vista o mejorar la comprensión de un factor clave para la renta variable. Pero cuando los mercados se tambalean, un producto interior bruto –que mide la producción de una economía– o unas cifras de empleo sólidos no son un consuelo ante la amenaza de un mercado bajista. En su lugar, analice si la pendiente de la curva de rendimientos es positiva, si el LEI está creciendo, cómo crecen los préstamos, si hay nuevos pedidos u oportunidades de negocio o un riesgo legislativo relativamente bajo. Creemos que estas cuestiones ayudan a determinar si la volatilidad del mercado está impulsada por el estado de ánimo o si la volatilidad se debe a la formación de un mercado bajista.

Invertir en los mercados financieros implica un riesgo de pérdida y no hay garantías de que todo o parte del capital invertido sea reembolsado. La rentabilidad pasada no garantiza ni indica los resultados futuros de manera fiable. El valor de las inversiones y los ingresos procedentes de ellas están sometidos a la fluctuación de los mercados financieros mundiales y de los tipos de cambio internacionales.