Filosofía de inversión

Fisher Investments España presta servicios de gestión de carteras elaboradas por Fisher Investments. Fisher Investments cuenta con décadas de experiencia analizando los mercados de capitales con el fin de adoptar un enfoque de inversión dinámico basado en pronósticos bursátiles. Por ejemplo, si Fisher Investments prevé que las acciones de empresas de gran capitalización registrarán un mejor comportamiento que las empresas de pequeña capitalización, se sobreponderarán dichas compañías en la cartera. Este enfoque dinámico propulsa las probabilidades de alcanzar los objetivos de inversión a largo plazo de nuestros clientes.

El enfoque de Fisher Investments también está basado en sus filosofías de inversión. Desde su constitución en 1979, Fisher Investments ha desarrollado un conjunto de filosofías que sirven de hoja de ruta para la adopción de decisiones de inversión. Estas se conforman a partir de los análisis realizados por la empresa y reflejan la experiencia adquirida durante casi cuatro décadas en el mundo de la inversión.

El capitalismo, por lo general, constituye una fuente de bienestar social

El capitalismo, de una u otra forma, es el sistema económico más extendido actualmente por una razón: reconoce el poder incomparable del ingenio humano y busca aprovecharlo para obtener beneficios. Mediante este sistema, el control del comercio y la industria recae en las personas y las empresas en lugar del estado. Esta forma de organización de la actividad económica es, por lo general, positiva: el capitalismo y el ánimo de lucro han dotado a la humanidad de niveles incomparables de crecimiento y creatividad. Si bien es evidente que ningún sistema económico es perfecto, creemos que el capitalismo es el mejor posible en un mundo imperfecto. En nuestra opinión, otros sistemas económicos que cuentan con un fuerte control estatal no consiguen los mismos resultados, dado que la intervención del estado desencadena consecuencias imprevistas, las cuales, por lo general, terminan siendo devastadoras.

Nuestra filosofía de inversión sugiere que, para incentivar la innovación y la posibilidad de obtener beneficios, las posibles recompensas deben ser proporcionales al nivel de riesgo que debe asumirse. En otras palabras, cuando más riesgo se asuma, mayor será la posible recompensa. En este sentido, los derechos de la propiedad constituyen una característica fundamental en cualquier tipo de sistema capitalista (dado que, sin ellos, los beneficios pierden su valor en caso de arrebatarse al inversor).

Por lo que respecta al mundo de la inversión y los mercados financieros, analizamos el papel que desempeñan los sistemas económicos y políticas dentro de la motivación principal del capitalismo: el ánimo de lucro. Las políticas o sistemas económicos que distorsionan o reprimen el afán de lucro suelen ser un obstáculo para los parqués. En cambio, los que fomentan la búsqueda de beneficios tienden a favorecerlos.

La "sabiduría" de Wall Street a menudo no es muy sabia

Muchos inversores pueden verse tentados a reconocer su falta de conocimientos de inversión y someterse a la "sabiduría" de Wall Street. Sin embargo, dicha sabiduría pocas veces resulta serlo. De hecho, muchas de las viejas máximas que dominan el pensamiento de grupo de Wall Street carecen de sustento. A este respecto, el estudio pormenorizado de los mercados siempre dará mejores resultados que las generalizaciones basadas en la "sabiduría popular". Sin embargo, muchas de ellas se han convertido en sentencias comúnmente aceptadas y actualmente muy pocos inversores se atreven a ponerlas en entredicho. Fisher Investments, a la hora de examinar posibles oportunidades de inversión, cuestiona estas teorías comúnmente aceptadas y las analiza pormenorizadamente. Este proceso constituye el pilar sobre el que se fundamenta nuestra filosofía de inversión.

La oferta y la demanda determinan los precios, incluidos los de la renta variable y renta fija

El precio de las cotizaciones, de la misma manera que el de otros bienes con los que se comercia libremente, se rige por la oferta y la demanda. Los factores inherentes a la demanda preponderan en el corto plazo. Estos pueden fluctuar por cualquier motivo (por ejemplo, a consecuencia del sentimiento inversor, la coyuntura política o los fundamentales económicos). En cambio, los factores inherentes a la oferta predominan a largo plazo. El aumento de la oferta mediante las salidas a bolsa, las ofertas secundarias y fusiones por canje de acciones a menudo suponen un obstáculo para los parqués. No obstante, cabe señalar que la oferta también puede reducirse. Tanto las recompras de acciones como las fusiones por compensación en efectivo propician la reducción de la oferta, lo que suele ser un factor alcista para los parqués.

La asignación de activos desempeña un papel fundamental, pero muchos inversores no la diseñan correctamente

La rentabilidad de una inversión se ve determinada, en gran medida, por la asignación de activos (es decir, la combinación de valores de renta variable, renta fija, fondos u otros valores que conforman una cartera de inversión). Tanto la combinación de activos de su cartera como la filosofía general de inversión deberían establecerse a partir de sus metas, objetivos y horizonte temporal de su inversión. No obstante, muchos inversores abordan este proceso de manera incorrecta, por lo que su cartera de inversión no termina ajustándose a sus circunstancias personales. Uno de los errores más importantes que se suele cometer a la hora de llevar a cabo el proceso de inversión es subestimar el horizonte temporal de la inversión, el cual se agrava a raíz del aumento sostenido de la esperanza de vida. La esperanza de vida en los países occidentales no ha dejado de crecer durante las últimas décadas y se prevé que esta tendencia continúe en el futuro. Por consiguiente, incluso si sus padres vivieron hasta una edad avanzada, puede que usted viva durante más tiempo.

Otro error que los inversores comenten habitualmente está relacionado con la falta de la disciplina y la elaboración de una asignación de activos en función de su sentimiento en torno al mercado, lo que les puede conducir a invertir en valores de moda, seguir tendencias pasajeras, adoptar un enfoque demasiado conservador o incluso no disponer de un proceso de inversión claro. Las decisiones de inversión prudentes y la gestión de activos siempre deben tener en cuenta el horizonte temporal, las metas y los objetivos del inversor, y todos estos factores deben enmarcarse dentro de una estrategia de inversión disciplinada.

Los ciclos de mercado pueden predecirse, pero las fluctuaciones a corto plazo no

Es imposible predecir de manera sistemática las fluctuaciones diarias, semanales ni mensuales de los mercados. A nuestro juicio, la sincronización del mercado a corto plazo es fútil e intentarlo acarrea el riesgo de desviarse de los objetivos a largo plazo. En cambio, los cambios cíclicos suelen ser previsibles, dado que vienen determinados por acontecimientos a los que no se da la importancia necesaria o no se interpretan correctamente, lo que se traduce en una desconexión entre la realidad observada a partir de los fundamentales económicos y la percibida por los inversores. Para poder predecir de manera correcta la futura dinámica bursátil, se requiere examinar ambas realidades. Si bien los mercados son indicadores prospectivos, el sentimiento inversor suele verse influenciado por los eventos ocurridos en el pasado reciente. Los ciclos alcistas suelen comenzar durante los períodos de recesión (cuando el sentimiento inversor se ve sumido en el pesimismo) y terminar en medio de la euforia generalizada de los inversores.

Ninguna categoría de inversión es intrínsecamente superior a otra

Las diferentes categorías de valores que conforman el mercado rotan su liderazgo con el tiempo: por ejemplo, el desempeño de las acciones de empresas de pequeña capitalización a veces se sitúa por encima del de las de empresas de gran capitalización o las nacionales superan a las extranjeras (y viceversa). La estrategia de Fisher Investments contempla el hecho de que ninguna categoría de inversión se mantiene en cabeza de forma indefinida (de hecho, históricamente, el liderazgo ha cambiado de manos de manera irregular). A este respecto, nuestra filosofía contrasta con la de otras empresas, las cuales, bajo la premisa de que ciertos factores son intrínsecamente superiores a otros, centran su inversión en empresas con un determinado volumen, estilo de inversión o clase de activos.

La diversificación de la inversión a escala mundial beneficia al rendimiento de la cartera

La teoría financiera sostiene que los índices de renta variable construidos correctamente registrarán rentabilidades similares a largo plazo. No obstante, cada índice recorre un camino muy distinto: por lo general, los índices que presentan una mayor concentración registran unos niveles de volatilidad más altos. En cambio, los índices que disponen de un enfoque más amplio no suelen registrar unos altibajos tan bruscos. La adopción de un enfoque de inversión a nivel mundial aumenta la diversificación de la cartera en comparación con un enfoque centrado en un país concreto, dado que ayuda a mitigar los riesgos específicos de cada país. Asimismo, esta estrategia global es más práctica y contempla la rotación de las diferentes categorías que conforman el mercado. Ninguna empresa nacional ni regional es intrínsecamente superior a otras; como ocurre con los estilos de inversión y las clases de valores, el liderazgo rota constantemente con el tiempo. En nuestra opinión, las estrategias de inversión que contemplan un enfoque a escala mundial ofrecen más oportunidades al tiempo que reducen el impacto de los riesgos políticos o legislativos específicos de cada país.

Para obtener una rentabilidad por encima de los índices, hay que mirar más allá de las noticias

Si alguna vez ha realizado un seguimiento de la dinámica bursátil justo cuando se publica un informe de resultados o se anuncia una fusión, sabrá que las cotizaciones pueden fluctuar casi instantáneamente. Los mercados son increíblemente eficientes a la hora de poner precio a la información conocida. Si desea hacerlo mejor que el mercado, deberá interpretar la información de manera diferente y más correcta que la competencia. Cuando los principales medios de comunicación económicos sacan a la luz una nueva información, los mercados probablemente ya la han descontado en las cotizaciones en el momento en el que la noticia le llega tanto a usted como al resto de inversores. Por consiguiente, las estrategias de inversión más acertadas son aquellas que tienen en cuenta un lapso más largo que las fluctuaciones bursátiles a corto plazo.

Nosotros podemos equivocarnos (y usted, también)

Sería un error pensar que, aunque contemos con análisis pormenorizados de los mercados, no podemos equivocarnos. Aunque hacemos hincapié en las áreas del mercado que prevemos que presentarán un mejor comportamiento y asignamos una mayor ponderación a esas categorías en comparación con el índice de referencia, también solemos mantener cierta exposición a los valores en los que pensamos que registrarán un desempeño más débil. En caso de que invierta pensando que siempre tendrá razón, correrá el riesgo de sufrir grandes pérdidas cuando se equivoque.

Descubra cómo su cartera puede beneficiarse de nuestra filosofía de inversión

Si desea obtener más información sobre nuestra filosofía de inversión y cómo puede aplicarla a su cartera, póngase en contacto con Fisher Investments España hoy mismo. Estaremos encantados de revisar su cartera, recomendarle una asignación de activos personalizada y ponerle en contacto con nuestros gestores de carteras y asesores de inversiones con el fin de ayudarle a diseñar una cartera que se adapte a sus necesidades.

Invertir en los mercados financieros implica un riesgo de pérdida y no hay garantías de que todo o parte del capital invertido sea reembolsado. La rentabilidad pasada no garantiza ni indica los resultados futuros de manera fiable. El valor de las inversiones y los ingresos procedentes de ellas están sometidos a la fluctuación de los mercados financieros mundiales y de los tipos de cambio internacionales.