Planificación de las rentas para la jubilación

Por más diferentes que sean los objetivos de inversión para la jubilación de cada persona, es posible seguir los mismos pasos en el proceso de planificación. Por ejemplo, la mayoría de los inversores necesitan preparar algún tipo de plan para obtener rentas que cubran sus necesidades de ingresos durante esta etapa. A continuación le explicamos algunos factores que tener en cuenta a la hora de diseñar o revisar su planificación de las rentas para la jubilación.

Gastos previstos y gastos imprevistos

Uno de los primeros pasos que debe dar para que su plan de obtener rentas durante la jubilación tenga éxito es evaluar con rigor todos sus gastos; aquellos que afronta según su nivel de vida mientras está activo laboralmente, pero teniendo en cuenta que después cambiarán. Entre los más comunes cabe destacar los siguientes:

  • Gastos de manutención: vivienda, alimentación, recibos de suministros imprescindibles como agua, luz, teléfono o internet.
  • Deudas: préstamos hipotecarios, del coche y otros.
  • Impuestos: sobre la renta, patrimonio, plusvalías o rendimientos del capital, etc.
  • Seguros: de vida, hogar, coche, etc.
  • Gastos discrecionales: viajes, caprichos, aficiones, familia, etc.

Es posible que muchos jubilados hayan descuidado sus ahorros en lo que respecta a los gastos imprevistos. Estos son difíciles de cuantificar, si bien, en la planificación de las rentas para la jubilación es prudente estimar un posible importe y mantener una reserva de fondos extraordinaria por si hiciera falta. Entre los gastos imprevistos más comunes que podría tener que afrontar se cuentan los siguientes:

  • Viajes imprevistos: visitas a la familia o amigos que surgen de repente.
  • Reformas domésticas: pequeñas reparaciones como la instalación de un salvaescaleras u otros dispositivos que nos faciliten la vida.
  • Gastos familiares: porque sus descendientes necesiten dinero o por un asunto urgente.

Admitiendo que no existe ninguna fórmula para calcular todos sus gastos durante la jubilación, es más probable que sucedan unas circunstancias que otras, así que puede ajustar la cifra en líneas generales.

Efectos del tiempo sobre la cartera

Al considerar el horizonte temporal de inversión, definido como el tiempo necesario en el que la cartera ha de producir rentabilidad, tenga en cuenta que puede vivir más de lo que espera. Los continuos avances médicos han permitido a muchos inversores prolongar su vida más tiempo del esperado. Subestimar el horizonte temporal de inversión podría repercutir en un aumento del riesgo de quedarse sin dinero durante la jubilación. Cuando analice la esperanza de vida de su país, recuerde que es una media, conque podría superar en 5, 10 o incluso 20 años esta estimación, sobre todo si goza de buena salud y sus genes le predisponen para ello. En la práctica implica que la planificación de las rentas para la jubilación debe orientarse a mantener los activos y rentas durante un tiempo superior al mejor de sus pronósticos.

La inflación es otro aspecto que suele pasarse por alto a la hora de planificar las rentas para la jubilación. No olvide que es muy probable que sus necesidades financieras aumenten a medida que el alza de los precios reduzca el poder adquisitivo de su dinero. La planificación de las rentas para la jubilación debe considerar esta variable y, en consecuencia, buscar un crecimiento acorde que le proporcione los suficientes flujos de efectivo a largo plazo.

Tenga en cuenta que si su estrategia de jubilación depende de inversiones de menor riesgo y rentabilidad, es fundamental analizar las probabilidades de que su poder adquisitivo real disminuya con el tiempo. Cuando la inflación sube, los tipos de interés pueden seguir la misma tendencia, desencadenando dos riesgos que afectan a los inversores de renta fija, a saber: la caída del poder adquisitivo de sus cupones actuales y la caída de los precios de los bonos que sigue a la subida de tipos. El perjuicio que supone el alza de los precios también podría incidir en otras fuentes de fondos, así que debe asegurarse de que su plan incluya cierta revalorización de las rentas en caso de que sea necesario.

Evaluación de las rentas que no proceden de activos financieros

En la planificación de las rentas para la jubilación, debería considerar también cualquier otra fuente de ingresos que no proceda de la cartera. A pesar de que las posibilidades son numerosas, estas son algunas de las más habituales:

  • Salario: mucha gente decide trabajar cuando se jubila, ya sea por cuenta propia o ajena. Si este es su caso, ¿cuánto cree que ingresará?
  • Pensión: si espera recibir una pensión, ¿a qué importe ascenderá?, ¿cómo se actualizará durante la jubilación?
  • Ingresos por participaciones en empresas: si es propietario de una empresa, ya sea total o parcialmente, debería tenerlo en cuenta en sus planes. ¿Cuánto espera recibir de esas participaciones?

Rentas procedentes de la cartera de inversión

Uno de los aspectos más complejos de la planificación de las rentas para la jubilación es calcular su flujo de ingresos. Para ello es primordial reunirse con un profesional de la planificación financiera y examinar este asunto en profundidad. Ente los temas que no debe obviar figuran los siguientes:

  • ¿Cuánto tiempo necesito mantener las inversiones?
  • ¿La inflación afectará a mi poder adquisitivo?
  • ¿Cuáles son las mejores clases de activos para alcanzar mis objetivos a largo plazo?
  • ¿La cartera está suficientemente diversificada?
  • Si fuera necesario, ¿podría vender un activo para generar flujos de caja a corto plazo?

La planificación de sus rentas para la jubilación debe acometerse a partir de sus objetivos a largo plazo, por lo que debe comprender los perjuicios de adoptar decisiones emocionales a corto plazo, por ejemplo, desviándose de su estrategia a largo plazo para invertir en las acciones «de moda» o huyendo de la renta variable cuando el mercado experimenta un gran volatilidad a corto plazo.

Lo dicho no significa que deba extremar la cautela, dado que la revalorización necesaria para obtener rentabilidades más elevadas puede exigirle una mayor tolerancia a la volatilidad a corto plazo que conlleva dicha estrategia. Si es demasiado prudente y sus resultados son insuficientes, podría estar asumiendo uno de los riesgos más graves relacionados con las rentas para la jubilación: quedarse sin dinero.

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Invertir en los mercados financieros implica un riesgo de pérdida y no hay garantías de que todo o parte del capital invertido sea reembolsado. La rentabilidad pasada no garantiza ni indica los resultados futuros de manera fiable. El valor de las inversiones y los ingresos procedentes de ellas están sometidos a la fluctuación de los mercados financieros mundiales y de los tipos de cambio internacionales.